PLÁTANOS A LA BASURA
Todos los años en la isla de La Palma y en otras
occidentales de Canarias van a parar a la basura varias toneladas de plátanos por
producir más de los que se vende, es decir, la oferta es superior a la demanda
y para mantener el precio los tiran. Por ejemplo, en la isla de La Palma donde el paro llega al 38,87% de la población
activa (10.676 parados) en donde muchos están o rozan el umbral de la pobreza
se tiran plátanos, esta acción de tirar comida a los vertederos no es de
recibo, es una acción insolidaria e inhumana, acrecentada por tratarse de un
alimento que previene el envejecimiento, bueno para la piel, para la flora
intestinal, es energético, bajo en calorías y es el más completo. No es la primera
vez que ruego en medios de comunicación que no tiren plátanos a los vertederos,
advirtiendo que la naturaleza castigará a los que arrojan alimentos a la basura
y al resto de los habitantes por permanecer en silencio ante esta acción tan
deleznable.
El año pasado leí
en un periódico la acción loable de José Hernández, empresario de la pequeña
empresa de reciclaje que se llama Bioges Canarias que, por casualidad cuando vino
a Santa Cruz de Tenerife a hacer gestiones se encontró con tres contenedores cargados
de plátanos en perfectas condiciones con destino al vertedero. Solicitó se los
regalaran para destinarlo a los necesitados y su petición fue aceptada.
Hernández ofreció plátanos regalados por las redes sociales aportando el número
de teléfono de su móvil, y a eso de las nueve de la noche no quedaba ni un
plátano de las 30 toneladas; recibiendo una llamada de una ONG de Telde, Gran
Canaria cuando ya los había repartido. Algunos aparecieron con furgones para
repartirlos en sus barrios, no sólo entre su familia. Y Don José se olvidó de
almorzar, pero creemos que durmió muy feliz.
Bueno sería
formar un grupo de cuatro personas (mejor más de cuatro ya que Hernández vale
por más) en cada isla donde tiran comida al vertedero para encargarnos de hacer
las gestiones oportunas para que no se tiren más plátanos en perfectas
condiciones a la basura y se repartan con la gente necesitada, pues sí una
persona sola de improvisto con buena voluntad, le dio utilidad a 30.000 kilos
en un solo día y más si hubiera dispuesto. ¡Nosotros también podemos!
Gumersindo Bienes Reyes