viernes, 29 de mayo de 2015

PLÁTANOS CANARIOS A LA BASURA

                                       
                                           PLÁTANOS A  LA BASURA

                        
Todos los años en la isla de La Palma y en otras occidentales de Canarias van a parar a la basura varias toneladas de plátanos por producir más de los que se vende, es decir, la oferta es superior a la demanda y para mantener el precio los tiran. Por ejemplo, en la isla de La Palma  donde el paro llega al 38,87% de la población activa (10.676 parados) en donde muchos están o rozan el umbral de la pobreza se tiran plátanos, esta acción de tirar comida a los vertederos no es de recibo, es una acción insolidaria e inhumana, acrecentada por tratarse de un alimento que previene el envejecimiento, bueno para la piel, para la flora intestinal, es energético, bajo en calorías y es el más completo. No es la primera vez que ruego en medios de comunicación que no tiren plátanos a los vertederos, advirtiendo que la naturaleza castigará a los que arrojan alimentos a la basura y al resto de los habitantes por permanecer en silencio ante esta acción tan deleznable.

El año pasado leí en un periódico la acción loable de José Hernández, empresario de la pequeña empresa de reciclaje que se llama Bioges Canarias que, por casualidad cuando vino a Santa Cruz de Tenerife a hacer gestiones se encontró con tres contenedores cargados de plátanos en perfectas condiciones con destino al vertedero. Solicitó se los regalaran para destinarlo a los necesitados y su petición fue aceptada. Hernández ofreció plátanos regalados por las redes sociales aportando el número de teléfono de su móvil, y a eso de las nueve de la noche no quedaba ni un plátano de las 30 toneladas; recibiendo una llamada de una ONG de Telde, Gran Canaria cuando ya los había repartido. Algunos aparecieron con furgones para repartirlos en sus barrios, no sólo entre su familia. Y Don José se olvidó de almorzar, pero creemos que durmió muy  feliz.

Bueno sería formar un grupo de cuatro personas (mejor más de cuatro ya que Hernández vale por más) en cada isla donde tiran comida al vertedero para encargarnos de hacer las gestiones oportunas para que no se tiren más plátanos en perfectas condiciones a la basura y se repartan con la gente necesitada, pues sí una persona sola de improvisto con buena voluntad, le dio utilidad a 30.000 kilos en un solo día y más si hubiera dispuesto. ¡Nosotros también podemos!


                                                                   Gumersindo Bienes Reyes

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